jueves, 2 de octubre de 2014

Patio de los Altares







PATIO DE LOS ALTARES


El fin del Clásico en el Altiplano mexicano fue un momento de gran violencia que en el registro arqueológico se expresa en la profanación de los símbolos y monumentos únicos del poder establecido.En Cholula, la saña se centró en el Patio de los Altares, que era la sede del ceremonial político de la ciudad sagrada. 

Las plazas mayores de los centros ceremoniales mesoamericanos eran espaciosos para la escenificación pública del poder. Ricamente ataviados y rodeados por los monumentos que promulgaban su autoridad, los líderes de la comunidad participaban ahí en fastuosas procesiones y ceremonias ante sus súbditos. La antigua Cholula contaba con varias plazas para eventos de este tipo, pero la más conocida es el Patio de los Altares, al costado sur de la Gran Pirámide. Este lugar privilegiado, fue sede no sólo de lo político y religioso mediante la que se manifestaba el dominio de la ciudad sagrada durante su auge, sino también del brutal fin de su aparato regidor, evento que traería desagracias para generaciones de cholultecas en los siglos VII y VIII de nuestra era.


Está delimitado al norte por la Gran Pirámide y al poniente y oriente or dos plataformas alargadas, los edificios 3 y 4 y sus inicios se remontan por lo menos al siglo III d.C., si no es que antes. Después de múltiples reconstrucciones y modificaciones,a lo largo de los años llegó a medir 70 m en su eje este-oeste por 54 m en el norte-sur , formando una explanada de 3 780 m que podría albergar hasta  7 500 personas. Su amplio tamaño y su estrecha asociación con la pirámide, así como el programa icono-gráfico plasmado en sus edificios, lo identifican como un foco ceremonial de gran relevancia que proporciona claves sobre la historia de la ciudad del Tlachihualtépetl, su nombre que los indígenas deban a la Gran Pirámide.

El patio que hoy se aprecia es la última de al menos seis etapas constructivas que finalmente dejaron un total de 9 m de relleno sobre el piso más temprano. Como testimonio de esta evolución arquitectónica, las excavaciones realizadas como parte del Proyecto Cholula por Jorge Acosta y Ponciano Salazar hace ya más de 40 años dejaron expuestas las sucesivas fachadas sobrepuestas de los edificios 3 y 4; aunque presentan ciertas variaciones, las caras de estas plataformas que dan al interior del patio tiene un amplio talud cóncavo ornamentado con un relieve de grecas en forma de T, sobre el cual yace un tablero remetido entre dobles cornisas superiores e inferiores. El panel del tablero está pintado con franjas diagonales en negro, rojo ocre y azul-verde; algunas de ellas, en particular las negras y las azules-verdes, contienes estrellas rojas de cinc puntas con un círculo al centro. 




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